Dios en el aforismo español del s. XXI


José Luis Trullo.- Una somera lectura de los libros de aforismos publicados en España en los últimos años, y ciñéndonos exclusivamente al siglo XXI, nos permite afirmar, de manera taxativa, que la figura de Dios está muy lejos de haber desaparecido de la literatura breve contemporánea. Existen numerosísimos aforistas españoles vivos, de nuestra época presuntamente laica y profana, que han escrito y escriben aforismos sobre Dios.

Buena prueba de ello es la antología que he tenido el placer de coordinar, con el título de Las cosas que no son. Los aforistas y Dios (Libros al Albur, Sevilla, 2018) donde he reunido decenas de aforismos escritos por autores rigurosamente contemporáneos, en la cual se aborda de manera monográfica la figura de Dios; no la religión, ni lo sagrado, ni lo divino: la figura de Dios. Participan en el volumen Gabriel Insausti, Jesús Cotta, Ander Mayora, Gregorio Luri, Enrique García-Máiquez, José Antonio Camacho Vázquez, Juan Kruz Igerabide y Felix Trull, y en todos ellos se percibe una ocupación genuina por acoger, ya no un tema desde una perspectiva intelectual, sino una experiencia espiritual que ha acompañado a la especie humana desde los albores.

Pero la cosa no acaba aquí. A raíz de la elaboración de la Enciclopedia de libros españoles de aforismos, he podido leer muchos volúmenes de literatura breve donde aparecen, de modo recurrente, aforismos que tratan la figura de Dios (aunque, como es lógico, no siempre desprovistos de beligerancia). De estas lecturas me he permitido extraer los que comparto a continuación, con la esperanza de que dejemos de lado ciertas generalizaciones apresuradas y nos animemos a penetrar en el vasto bosque de la aforística contemporánea española, en el convencimiento de que hallaremos tesoros que aún ni sospechamos...


No sé si Dios existe pero lo cierto es que insiste. (Ramón Eder)

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Dios dirá, pero de momento se calla. O acaso lo acallamos. Mas un buen día vuelve a inspirarnos tras desesperarnos. (Andrés Ortiz-Osés)

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La mente analítica, en sus cálculos, no contempla la existencia de Dios, excepto cuando le salen mal. (Juan Kruz Igerabide)

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Al diablo le gusta razonar; Dios se ríe de la lógica. (José Luis García Martín)

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Una amplitud sin mesuras: eso es Dios o el amor. (José Manuel Camacho Vázquez)

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¿Y si solamente ante Dios pudiéramos tener una imagen completa de nosotros mismos? (Gregorio Luri)

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Hay tres tipos de ateos: los que no necesitan a Dios para nada, los que lo sustituyen por cualquier cosa, y los que si existiera lo acusaría de haberlo hecho todo muy mal. (Jesús Cotta)

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Dios tiene la inteligencia que tiene el que lo piensa. (León Molina)

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Dios es un remo. (Ramón Andrés)

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Cuando digo Dios, no se me llena la boca, sino que se me vacía. (Carlos Marzal)

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Dos es el nombre abreviado de Dios. (José Luis Gallero)

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La conciencia es el único resto que nos queda de Dios, en el caso improbable de que haya existido. (Manuel Neila)

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Dios existe. Prueba de ello es que no se ocupa de mí. (Andrés Trapiello)

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¿Que si creo en Dios? Desde luego, creo que existe o no más allá de que yo crea en él o no. (Gabriel Insausti)

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Uno debe decidir entre sus garabatos mentales y la caligrafía de Dios. (Ander Mayora)

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La existencia es un dolor mortal. Dios es un goce eterno. Así que, en efecto, Dios no "existe". (Felix Trull)

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Dios mortifica a algunas personas con el don de la inteligencia, y el diablo gratifica a otras con el don de la astucia. (Ricardo Labra)

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Dios es la abundancia del pensamiento. (Fernando Menéndez)

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Dios busca lo que piensas cuando sopla el aire. (Hiram Barrios)

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Creo en Dios como interjección. (Tirso Priscilo Vallecillos)

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Dios existe para el que lo necesita. (Jaime Fernández)

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Si lo piensas, no es Dios. (Jacob Iglesias)

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Dios creó al mundo soñándolo. Al hombre simplemente lo pensó y, como no le convencía la idea, en un arrebato de esos que en su eternidad le duran miles de años, lo mató. (Lorenzo Oliván)