Juan Ramón Jiménez: ese animal de los fondos luminosos


Según escribe Jacinto Choza, "Juan Ramón Jiménez se sitúa en la línea de la mística española, o, más en concreto, en la de una de sus tradiciones, la del gozo ante el esplendor de las dimensiones sensibles de la  creación, tan típico de la mística islámica en general, y de su concepción de la bienaventuranza en términos de placer sensible, y tan típica del sufismo en particular. No se encuentran en las místicas europeas nada parecido a los poemas báquicos del sufismo, esa trascripción de experiencias místicas en términos de embriaguez, de degustación del aroma y el sabor del vino hasta traspasar hasta experimentar la unión con Dios. Pues bien, esta afirmación de la presencia de Dios en lo sensible es uno de los rasgos más característicos de la poesía y de la experiencia religiosa de Juan Ramón. La comunión de Juan Ramón con Dios tiene, en Animal de fondo, cuatro momentos, niveles o frentes: a) comunión con Dios que está en la naturaleza y es ella, b) comunión con Dios que está en la vida del mundo y de los hombres,  c) comunión con Dios que estaba presente en la biografía y en la historia  personal del poeta, y d) comunión con Dios que habita en el trabajo del poeta y es el decir del poeta". Reproducimos uno de los poemas más célebres de este libro esencial de la lírica española.


SOY ANIMAL DE FONDO

«EN fondo de aire» (dije) «estoy», 
(dije) «soy animal de fondo de aire» (sobre tierra), 
ahora sobre mar; pasado, como el aire, por un sol
que es carbón allá arriba, mi fuera, y me ilumina
con su carbón el ámbito segundo destinado.
Pero tú, dios, también estás en este fondo
y a esta luz ves, venida de otro astro;
tú estás y eres
lo grande y lo pequeño que yo soy,
en una proporción que es ésta mía,
infinita hacia un fondo
que es el pozo sagrado de mí mismo.
Y en este pozo estabas antes tú
con la flor, con la golondrina, el toro
y el agua; con la aurora
en un llegar carmín de vida renovada;
con el poniente, en un huir de oro de gloria.
En este pozo diario estabas tú conmigo,
conmigo niño, joven, mayor, y yo me ahogaba
sin saberte, me ahogaba sin pensar en ti.
Este pozo que era, sólo y nada más ni menos,
que el centro de la tierra y de su vida. 
Y tú eras en el pozo májico el destino
de todos los destinos de la sensualidad hermosa
que sabe que el gozar en plenitud
de conciencia amadora, 
es la virtud mayor que nos trasciende. 
Lo eras para hacerme pensar que tú eras tú, 
para hacerme sentir que yo era tú, 
para hacerme gozar que tú eras yo, 
para hacerme gritar que yo era yo
en el fondo de aire en donde estoy, 
donde soy animal de fondo de aire,
con alas que no vuelan en el aire,
que vuelan en la luz de la conciencia
mayor que todo el sueño
de eternidades e infinitos
que están después, sin más que ahora yo, del aire. 





En Speculum reunimos textos e imágenes de la tradición occidental
desde una perspectiva abiertamente cristiana
con el propósito de contribuir a su mejor conocimiento,
en la convicción de que el saber es el mejor camino hacia la fe.



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(traducción inédita)

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(reflexión)

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(aforismos inéditos)

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(poemas inéditos)

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(avance editorial)

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(análisis iconográfico)

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(avance editorial)

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(retrospectiva literaria)

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(opinión)

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(semblanza)

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Edita: Libros al Albur